miércoles, 17 de agosto de 2011

UNA NOCHE DE ALBERGUE

  Una noche de albergue tipica en el Camino es una fiesta. Si cuando te vas a acostar no habias comprobado la dureza del colchon, ahi la tienes, como goma de borrar. Otra cosa es la estabilidad de la litera de arriba, no apta para vertiginosos. Suponiendo que al cuarto entre aire y que todo el mundo haya dejado sus botas fuera (algo asi como imaginar a Izquierda Unida gobernando el pais) el calor sera insoportable, y mas si te equivocas de saco. Pero si aun asi tienes la suerte de acabar en una habitacion de seis, lo cual es un milagro, tendras que tentar a la probabilidad para comprobar que en una habitacion asi nunca roncaran menos de un cincuenta por ciento de los presentes. Roncar no estaria del todo mal, en todo caso, porque en realidad esas respiraciones son como espirales, torbellinos de la noche, tornados del sueño, que se confunden con las vibraciones del despertador de la mañana. Pero eso no es nada, hay posibilidad de tener fiesta en el exterior, que los primeros caminantes de la noche nos abandonen con el ruido de las cinco, y, sobre todo, de que aquellos colchones sean en realidad criadero de chinches imaginarios con los que entretener a los picores de la noche. Si por la mañana estas descansado o aburrido hazte responsable. Tuviste todas las posibilidades de disfrutar la noche...

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