lunes, 30 de agosto de 2010

La cuerda entre Francia y España. 30 de Agosto


La cuerda de los valles que dan a Francia y a España, aún subiendo por esta cara del valle de Arán es otro sitio bello. Hay una pista cariñosa que te va llevando hasta que te abandona en el Prado de los lobos y tienes que subir de cuajo. Un “tour de force” para Tamara, una paraíso para la Lula, y un libro de botánica para Miguel. Las lluvias de la última primavera aún dejan su rastro: árboles caídos, arrancados de raíz, dejando un camino dificultoso, con el color gris que sólo el paso de las hadas convierten en camino luminoso. Al final, cuando ya la cosa es casi imposible, decidimos volver. En el Prado, queda el cariño de los saltamontes, la búsqueda de la caricia perdida en el cobijo de Tamara. Miguel nos da sabiduría fúngica, y aún sube como los ángeles, después de su paliza de ayer. Por la tarde, después de despedirnos de Miguel, Tamara y Lula, a los que dejamos con la única compañía de su amor, poco a poco, atravesamos la meseta, disfrutando del espacio sagrado para la plática que es el coche. Una plática que es como un corro, un lugar en el que todos juegan.

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