lunes, 12 de septiembre de 2011

NEGREIRA - ALVEIROA . La Graduación del Peregrino

 Graduarse como Peregrino es vivir Galicia. Vivir Galicia es someterse a la realidad natural: la lluvia. Esta mañana, como siempre a destiempo, me desperté cuando todos se habían ido. Después eché a andar bajo la lluvia. Lluvia verdadera, no ese Orbaio del que hablaba ayer. Durante dos horas empapé la capa y me dispuse realmente a seguir. Me dije: hoy es tu Graduación como Peregrino. Pero las vigilias, las oraciones, mi buen hacer cristiano de los últimos días han llamado al Apóstol, y este, sobre las diez, me levantó el castigo y fue convirtiendo el espacio gris en un espacio azul, ya iluminado por un sol real, el de la tarde. El valle cerrado de robles de la mañana se convirtió en un mundo de prados en el que, de alguna forma, la imaginación intuye ya el mar. Pasé buena parte del día caminando con Marco, el italiano, hablando de Caminos y miedos y poderes, de una forma muy curiosa: él en italiano, yo en castellano. Me recordó a cuando Agnieszka y Galina hablaban una en polaco y otra en ruso. Lo sorprendente es el entendimiento. Por primera vez entiendo casi todo lo que dice un italiano. Me atrevería decir que al 90%. Hay algo en eso que es también clave para el Documental. La metáfora del Dios castigador de los judíos es Babel. Les manda la lengua para condenarlos a no entenderse. Sin embargo, hay una paradoja: en esta Torre de Babel jacobea, el entendimiento es total. Se produce desde el corazón, creo, pero facilita la lengua, la comprensión de la lengua. En la ruta jacobea es más fácil entender italiano. En mi última entrevista en holandés, también entendí casi todo. ¿Cómo es posible?, me pregunto. Pero lo es. Las diferencias de edad, las diferencias culturales, ideólogicas o lingüísticas, por no hablar de las de la creencias, no deben ser un problema para el entendimiento de los hombres, sino más al contrario, una ventaja para su enriquecimiento.
  Casi viendo el mar, pienso en la Fé, y, cómo no, en la neurociencia. De eso también quiero hablar en el Documental. El placebo es la potencia curativa más fuerte. Su base está en la creencia. Miles de estudios lo demuestran. Mucha gente ha sido capaz de transformar sus vidas, o simplementes de vivirlas, basándose en su Fé. Sea esta en un Dios cristiano o en un Camino de Santiago pretendido como transformador, para nosotros es igual. La creencia, la fé, es la que produce los cambios neurológicos suficientes para el cambio. Por supuesto no el Apóstol, ni desde luego ningún Papa. Posiblemente ningún Dios. Pero qué más dá. Lo importante es que haya algo en lo que creer lo suficiente para vivir, o para cambiar. Quizá esta noche Nadal tenga la suficiente fé para acabar con el monstruo de Djokovic. Esa es la realidad; esa y que mañana, Dios mediante, avistaré el Oceáno.

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