martes, 25 de enero de 2011

RESTAURANTE MICUE




El restaurante Micue es una joya. El menú gastronómico es insuperable. Para mi al nivel de la casa del Abad de Armengol, y mejor que el Ciantarella, sin duda. El precio es increíble; 31.5 euros sin iva con vino y postre incluido. La decoración, cuidada y sencilla, y el servicio encantador. Pero, ¡¡ay, ay, ay, la comida!!
La crema de lentejas con helado de foie es una caricia, y no para el paladar, sino para el alma, pero es que si tienes suerte y en vez de esa crema hay verdiñas con langostinos, entonces deja de ser caricia para ser pompa que eleva.


Del risotto con huevo trufado en cremoso de boletus no tengo palabras. Todo en su punto; los sabores equilibrados, el arroz perfecto. Sin más.
De segundo puedes comer también canelones de vieiras. Un devenir. Y después, la carne.
Venado a la perfección o rabo de toro sobre manto de patatas. De nuevo el punto justo en la carne, y los sabores dispuestos a dar las llaves del paraíso, al alma, digo. Como postres, que son siempre sorpresa, he probado helado de mascarpone, arroz con leche, y mousse de sabe dios que manjar,
con frutas, todo con frutas.
El vino que eligen para maridar, un rosado valleoscuro de 2009, es también para no olvidar. Tiene la frescura y la alegría de las pequeñas grandes cosas.
Como las noches en Micue con Padres, tíos, hermanas, sobrinas, y Juanjos y Crises.
Sólo faltó Manu, y se la echó de menos por todas y desde todas partes.

jueves, 13 de enero de 2011

RISOTTO DE BROCOLI Y OTRAS DELICIAS


 La fortuna del mundo: saber que mañana tendré a Juanjo y a Cris a cenar. El oro del oro. Y puede que no sólo a Juanjo y a Cris. Así que, estimulado por la espectacular cena de ayer en la que celebramos la vuelta a las andadas de mamá en el resturante Micue de Majadahonda (un sitio, para mi, de nueve sobre diez, con un precio perfectamente asequible en el menú degustación...¡¡menos de 40 euros con vino!!) me he decidido a sacarle partido a las verduras de temporada y al Risotto en puchero de barro. El resultado es esta pequeña maravillita que mañana les ofreceré a Juanjo y a Cris, junto a otras cositas que me guardo en la manga... 
 La fortuna del mundo es tener la ilusión y el tiempo para cuidar de uno hasta en los más pequeños detalles, para alimentarse no sólo de buenas maneras, sino aprovechando para darle bola al gusto. La fortuna del mundo es disponer de todas esas verduras, esos arroces, de tener el agua y el fuego a mano, que sólo nos apremien el ruido de las obras y no el de las bombas. La fortuna del mundo es que incluso cuando uno come solo en casa mantenga la cordura de quererse ofrecer lo mejor. La fortuna del mundo es tener tanta fortuna en tan vasto mundo.