El restaurante Micue es una joya. El menú gastronómico es insuperable. Para mi al nivel de la casa del Abad de Armengol, y mejor que el Ciantarella, sin duda. El precio es increíble; 31.5 euros sin iva con vino y postre incluido. La decoración, cuidada y sencilla, y el servicio encantador. Pero, ¡¡ay, ay, ay, la comida!!


Del risotto con huevo trufado en cremoso de boletus no tengo palabras. Todo en su punto; los sabores equilibrados, el arroz perfecto. Sin más.

De segundo puedes comer también canelones de vieiras. Un devenir. Y después, la carne.


con frutas, todo con frutas.
El vino que eligen para maridar, un rosado valleoscuro de 2009, es también para no olvidar. Tiene la frescura y la alegría de las pequeñas grandes cosas.

Como las noches en Micue con Padres, tíos, hermanas, sobrinas, y Juanjos y Crises.
Sólo faltó Manu, y se la echó de menos por todas y desde todas partes.