Siguen soplando vientos jacobeos por nuestras almas. De algún modo, es Ulises el que nos guía, porque no existe una Ítaca verdadera. Esta vez marchamos de a dos y no nos dirigimos, incluso yendo a Santiago, hacia ninguna parte. De momento, y eso es lo más lindo, es que saldremos cuando todo esté preparado, sin saber siquiera, exactamente, el punto de partida, como hacen en las tribus amazónicas. Un milagro. Como ayer, cuando Nori Szilagi pasó por casa para jugar a ser otros y Pepe descansaba en Foncebadón…
jueves, 9 de agosto de 2012
EL CAMINO DEL NORTE
Siguen soplando vientos jacobeos por nuestras almas. De algún modo, es Ulises el que nos guía, porque no existe una Ítaca verdadera. Esta vez marchamos de a dos y no nos dirigimos, incluso yendo a Santiago, hacia ninguna parte. De momento, y eso es lo más lindo, es que saldremos cuando todo esté preparado, sin saber siquiera, exactamente, el punto de partida, como hacen en las tribus amazónicas. Un milagro. Como ayer, cuando Nori Szilagi pasó por casa para jugar a ser otros y Pepe descansaba en Foncebadón…
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