a Taranco, Isabel, Julia y Pedro
Taranco "el apóstata" se sienta sobre la roca protegido o amenzado por el espígolo. Al otro lado de sus ojos, el Cirque de L’Escun. Las agujas del espígolo quedan rodeadas de neveros y de piedra suelta; de una pedrera. Como si el viento hubiera trozeado la piedras grandes. Abajo dejamos las sombras húmedas de los bosques de hayas y el refugio del pastor. Arriba espera el Petrechema, 2370 metros, protegiendo la aguja norte de Ansabère, la aguile Nord d’Ansabére. Al fondo, el Bisaurín, como un Dios también sentado. A este lado, el Castillo de Acher. Al fondo, el Collarada, el Pic de Midi, el Balaitus, Anayet… En la última pedrera hay casi que trepar por una pendiente inclinada. Estas montañas son el verdadero Dios de un apóstata ateo, el verdadero trono en el que sentarse o sobre el que caminar. Taranco camina ensimismado con su música por estos pasillos que son, casi, su casa. Getse no parece desfallecer después de la subida al Bisaurín, va fluida y fácil, como si a ella también la llamara un Dios de lo alto, como si ella misma fuera una duenda silenciosa de estos fingidos caminos. Arriba, la montaña democratiza a los humanos; la fragilidad de un cuerpo en estos espacios y en estas alturas es la garantía de un equidad ininterrumpida. Ladera abajo, juego a ser Kilian Jornet en el sendero alto del Petrechema, bajando desde "el espígolo" hacia la casa del Pastor (con fuera pista Trail Running incluido) y de puntillas sobre el nevero, culo incluido. Cuando luce el sol, la montaña es un buen lugar para jugar. Cuando el sol se esconde, aparece la lluvia, el frío, el viento, o la nieve, la montaña no es buen lugar para confiar en uno mismo. La furia de un Dios verdaderamente igual para todos lo desaconseja. Abajo, el otro ser viviente de estos lugares; el río, nos devuelve la vida a los pies, con un agua nieve revitalizante. Otra pequeña cumbre para sentirse orgullosos.
Gracias por tus palabras. ha sido un placer compartir esta cumbre con vosotros, y espero que vengan muchas más, ya sea en estas "mis montañas" o en cualquiera otras.
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